jueves, 2 de octubre de 2008

Se asustó...

Se asustó el agente del Contact Center cuando me senté a su lado a escuchar llamadas. ¿He hecho algo mal? ¿Van a por mí...?. Yo, sin embargo, sentía vergüenza por no tener ni la agilidad en el trato con el cliente ni los conocimientos para poder atender esas llamadas de modo ágil. 

Qué paradoja. Sentía miedo cuando quien sabía hacerlo era él. Sentía miedo cuando el que debería sentirlo era yo. 

El miedo bloquea, impide que nos expresemos con libertad, que digamos lo que pensamos, que propongamos mejoras y que nos saltemos los procedimientos cuando lo creamos necesario en beneficio del cliente o de la compañía. 

¿Seremos capaces de crear entornos creativos y relajados en el mundo de los contact centers?

No hay comentarios: